sábado, 1 de agosto de 2009

Un Batman para cada quien


Como había comentado en un post anterior, Batman, como personaje, tiene una capacidad impresionante para ser moldeado y adapatado a los gustos y necesidades de cada época. Aunque por su naturaleza se ajuste mejor al modelo de un vengador nocturno, que utiliza sus habilidades de detective para rastrear a los criminales, y su amenazadora apariencia para espantarlos, también han tenido auge en su momentoversiones del personaje más infantiles y amigables, con elementos de cieencia ficción e incluso comedia. También hemos visto versiones más oscuras y extremas, que llevan al personaje, de su ambiente noir/expresionista habitual, a parajes de terror puro. A continuación hago un brevísimo recorrido visual a través de la historia del personaje, tratando de ubicar las principales tendencias etilísticas que lo han definido. De momento me concentro sólo en los cómics, sus apariciones en cine y televisión dan para otro artículo.



Desde su origen en 1939, Batman fue planteado como una alternativa oscura a Superman. El diseño original de Bob Kane (con modificaciones sugeridas por Bill Finger) refleja esto: la combinación de gris y negro, las orejas de la máscara que se asemejan más a cuernos demoníacos, la capa que encuelve al personaje y asemeja alas de murciélago,posiciones amenzazadoras y unos macabros ojos blancos. Realmente parece ser una figura diseñada para espantar a los criminales.

Sin embargo, la aparición de Robin, al poco tiempo de la creación de Batman, pareció cambiar drásticamente el humor del personaje. Y aunque los cambios en su diseño no fueron obvios al principio, sutilmente comenzó a alejarse de sus orígenes oscuros:


Nótese como los elementos negros del traje comenzaron a volverse azules, las orejas han perdido la curvatura que las hacía ver como cuernos, la capa cae de manera mucho más relajada, y su posición y sonrisa resultan mñas joviales que amenazadoras. Esta tendencia continuó durante los cincuentas, y el mismo estilo de dibujo del personaje (realizado principalmente por el excelente Dick Sprang y Shelly Moldoff), se hizo más caricaturesco (reflejando lo absurdo de las historias):


Ya para los sesentas, ésta fórmula estaba muy desgastada, por lo que en 1964 el editor Julie Schwartz decició retomar las raíces oscuras y detectivescas del personaje. Para ello pidió al artista Carmine Infantino que rediseñara al personaje, abandonando el estilo caricaturesco de los cincuentas. Infantino también agregó el famoso óvalo amarillo al emblema del pecho de Batman:




Este relanzamiento, desgraciadamente, fue neutralizado por la exitosa serie de televisión de Batman, con Adam West en el protagónico. El tono camp y fársico quedó grabado en la mente del público. Tras la cancelación de la serie en 1968, se volvió a hacer un esfuerzo conciente, y más exitoso, de regresar al personaje a sus raíces oscuras. Esta vez se hicieron cargo el escritor Dennis O'Neil, y el dibujante Neal Adams:


El estilo de Adams no sólo implicó presentar a un Batman un poco más realista -como en el caso de Infantino- sino el reintroducirlo a una atmósfera oscura, así como el presentar al personaje de una manera más dinámica y dramática. El éxito de la versión de Adams fue tal que practicamente definió el look del personaje por el resto de la década y el principio de la siguiente, con laureados artistas de Batman trabajando bajo el molde de Adams, como podría ser el caso de Jim Aparo.

El siguiente cambio estilístico notable para el personaje se dio en dos frentes a mediados de los ochentas, ambos encabezados
por el entonces ultrapopular Frank Miller. El primero -y más famoso- fue su trabajo como escritor e ilustrador en El Regreso del Caballero Nocturno (1986) que apesar de presentar a un Batman viejo, y fuera de la continuidad oficial, representó una manera compltamente nueva de interpretar al personaje, y por primera vez desde los sesentas removió el óvalo amarillo del emblema (decisión que en su momento objetó DC, pero que años después se adoptó de nuevo como la versión oficial del personaje)



El otro fue Batman: Año Uno (1987), concebido y escrito por Miller, pero ilustrado por David Mazzuchelli. En el diseño de Batman en esta obra se percibe un esfuerzo por retomar los elementos oríginales del personaje planteados por Bob Kane, pero adaptados a un estilo y sensibilidad más contemporáneos.


Después de estos grandes acontecimientos para el personaje, así como el éxito del film de 1989, los parámetros para ilustrar al personaje se volvieron más laxos. Muchos artistas se mantuvienron en la línea planteada por Adams/Aparo. Algunos, sin alejarse demasiado del canon, le dieron al personaje su propio toque, como en el caso de Norm Breyfogle:


Otros, como Kelley Jones, le dieron rienda suelta a sus propios impulsos, y crearon versiones extremas del personaje, pero que aún mantienen los elementos que lo definen:


Algunos, como Darwyn Cooke, han preferido una versión más aproximada a la sensibilidad de la era de plata:


En la presente década, la preferencia ha sido un modelo que, independientemente del estilo de cada artista, debe mucho al planteado por Miller. En cierta forma, parece que los artistas contemporáneos tienen en mente una versión joven del Batman de El regreso... cuando lo dibujan. Dos ejemplos populares son Simon Bianchi...


...y Jim Lee, quien precisamente colaboró con Miller. Sin embargo, la interpretación actual que hace Miller del personaje ha dejado a más de uno confundido. He aquí un ejemplo del Batman de Lee:



Por supuesto, innumerables artistas hane hecho sus propias contribuciones al personaje. Si este artículo les dejó con curiosidad por conocer más versiones de este multifacético personaje, les dirijo al blod de The Noising Machine, en donde actualmente se está publicando -en conmemoración del 70 aniversario del personaje-una serie analizando la obra de setenta artistas distintos que han trabajado con el personaje.




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