lunes, 17 de agosto de 2009

El alquimista del celuloide


Los Hermanos Lumière son considerados, además de los padres del cine, los originadores del documental. Esto porque la gran mayoría de pietaje filmado por ellos o por sus asistentes se dedicó a retratos más o menos objetivo de la realidad. Ponían la cámara en frente del evento que les interesara, y lo registraban durante unos minutos. En aquel entonces, algo tan sencillo como eso era suficiente para llamara la atención popular ante el novedoso medio de las imágenes en movimiento (y como testimonio de aquella época continúan siendo fascinantes).




Uno de los primeros en pensar en posibilidades mayores para el recién nacido cine fue un mago que presenció una de las primeras proyecciones de los Lumière en 1895: Georges Méliès. Pensando en términos financieros, Méliès consideró el ahorro que obtendría al filmar su espectáculo y mandar la cinta a otros países en lugar de viajar con todo su espectáculo. Una propuesta de sociedad hacia los Lumière fue rechazada, pues los hermanos consideraban al cine un espectáculo pasajero, y como tal no les parecía atractiva la idea de invertir en una sociedad.


Esto no detuvo a Méliès, quien diseñó su propia versión de la cámara, y pronto expandió el alcance de su idea original, creando un impacto en el cine que seguramente ni él imaginó: Por una parte, un accidente en el que se le atascó el carrete de la cámara lo llevó a descubrir la doble exposición y la sustitución en cámara, y de ahí se dedicó a experimentar –como buen mago- con todas las posibilidades que le daba la cámara de cine para crear trucos e ilusiones.




Por otra parte, su películas se fueron haciendo más complejas y, si al principio eran poco más que él mismo haciendo un truco frente a la cámara, eventualmente se convirtieron en historias completas, incluyendo adaptaciones literarias. Por esto, a Méliés se le considera el padre de los efectos especiales cinematográficos Y de la narrativa –o ficción- cinematográfica. Repito: Méliès desarrolló los primeros efectos especiales y la noción del cine como un instrumento para contar historias. Imaginen la deuda que tiene el cine con este personaje.


Además de esto, la imagen más emblemática del cine de los primeros años es de su autoría. Me refiero a la célebre escena en El Viaje a la Luna (1902) –adaptación de libre de las obras de Julio Verne- en que el primer cohete en alunizar le pica el ojo a la luna. He aquí una versión abreviada:




Desgraciadamente, la mayoría de los más de quinientos cortos cinematográficos realizados por Méliès se han perdido. Sin embargo, la muestra de que actualmente disponemos consigue, aún hoy día, sorprendernos con su imaginación para contar historias, y su creatividad para manifestarlas. Si los Lumiére crearon el cine, Méliès fue el primero en ver su verdadero potencial. Un auténtico visionario y alquimista de la imagen.








2 comentarios:

  1. que gran imaginación e ingenio, es impresionante ver las imagenes y pensar en como se le pudieron ocurrir tantos trucos con pocas herramientas a su alcance...

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  2. ¡Me encanta Meliès! aunque no sabía que gran parte de su trabajo se había perdido. Lo mejor es que los considerados padres del cine no vieron un futuro en esto...eso es graciosísimo jajaja.

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