70 años de maravillas

Coincidentalmente mencionaba ayer la importancia de las aportaciones de Stan Lee y compañía al género de los superhéroes, y hoy me entero de que ésta es la fecha seleccionada por Marvel Comics para festejar oficialmente su 70 aniversario. Aprovechando la ocasión, hablaré un poco más a fondo sobre los detalles que mencionaba ayer sobre esta importante compañía.

A principios de los sesentas, el género de superhéroes en los cómics se encontraba en un segundo aire, gracias al relanzamiento –supervisado por el editor Julis Schwartz- de un nuevo y mejorado Flash, en la revista Showcase #4, de 1956. el éxito de esta propuesta impulsó a Nacional Publications (DC Comics) a repetir la fórmula, renovando a personajes que habían sido populares en la Era de Oro como Linterna Verde o Hawkman. El clímax de estos relanzamientos se dio en 1960, cuando se encomendó al escritor Gardner Fox y al ilustrador Mike Sekowsky el resucitar el concepto de La Sociedad de la Justicia de América, que en los cuarentas fuera el primer equipo de superhéroes.


El equipo, rebautizado como la Liga de la Justicia de América, debutó en The Brave and The Bold #28, y reunió a los que en ese entonces eran los héroes más populares de la compañía: Superman, Batman, La Mujer Maravilla, Flash, Linterna Verde, Aquaman, y el Detective Marciano. El éxito fue el esperado, y pronto llegó a los oídos de Martin Goodman, dueño de la compañía editorial de la que se desprendía Timely (Marvel) Comics, y que como mencionamos en aquel entonces, subsistían a base de copiar las fórmulas de moda.

Marvel había tenido algunos superhéroes populares durante la Era de Oro, lo más famosos siendo El Capitán América, Namor the Sub-Mariner y la Antorcha Humana. En los cincuentas revivieron durante un tiempo al Capitán América, pero ya para 1960 el principal producto que ofrecía la compañía eran historias de monstruos y de misterio, generalmente escritas por Stan Lee o Larry Lieber e ilustradas por Jack Kirby y Steve Ditko. Stan, como además fungía como editor de la línea de cómics, fue quien recibió la orden por parte de Goodman de crear un equipo de superhéroes para explotar la popularidad de la Liga de la Justicia.

Stan cuenta que por aquel entonces –en que contaba casi 40 años- estaba pasando por una crisis. Se sentía desgastado con su trabajo (un trabajo “temporal” que ya había durado 20 años), que no le estaba dando el éxito que él deseaba, y estaba considerando seriamente el renunciar para perseguir su sueño de ser un escritor “serio”. Según su versión, fue su esposa la que le sugirió que, si de todos modos estaba pensando renunciar, aprovechara esta última oportunidad para contar una historia que a él le pareciera interesante.


Hasta ese entonces, los superhéroes habían sido personajes bastante unidimensionales: paragones de virtud y perfección humana, poderosos, y con una incuestionable visión del bien y del mal. Los Cuatro Fantásticos -resultado del experimento de Lee y Kirby-, por otra parte, obtuvieron sus poderes tras tomar ilegalmente un cohete para ir al espacio; uno de ellos se volvió básicamente un monstruo con mal temperamento, otro era un joven impulsivo. La diferencia con los maniqueos bonachones de la Liga de la Justicia fue seguramente muy obvia.

El éxito de la revista pospuso indefinidamente la renuncia de Stan Lee, quien se dio a la tarea de seguir –junto con sus colaboradores, especialmente Kirby- creando conceptos más y más audaces para la época. Si la Mole de Los Cuatro Fantásticos tenía un aspecto monstruoso y mal temperamento, Hulk se transformaba literalmente en un monstruo fuera de control, tan peligroso como los enemigos contra los que luchaba.

La creación más importante de Stan Lee –esta vez en colaboración con Ditko- fue, sin lugar a dudas, El Hombre Araña, quien debutó en Amazing Fantasy #15 en 1962. Lee cuenta que con este personaje pretendía romper tantos esquemas como le fuera posible: el Hombre Araña era un adolescente protagonizando su propia historia, en lugar de servir como patiño a algún héroe adulto. Si en la mayoría de los casos, la identidad secreta del héroe era poco más que un pretexto, Peter Parker, con sus problemas cotidianos, se volvió una faceta tan importante del personaje como su arácnido alter ego. Y si bien la mayoría de los héroes eran firmes y valientes, Parker se veía afectado por múltiples traumas y neurosis, como el sentimiento de culpa por la muerte de su tío Ben, un complejo de inferioridad, e incluso coraje y resentimiento por el rechazo de la población, que lo veían más como una amenaza que como un héroe. En mñas de una ocasión, Lee y Ditko lo mostraron considerando la posibilidad de usar su poderes para robar dinero y solucionar la precaria situación económica de su tía viuda ¿Se imaginan estos pensamientos recorriendo la mente de Superman?

Marvel Comics siguió creciendo, y nuevos y novedosos héroes fueron creados, como los Hombres X o Diabólico. Marvel comenzó a dejar una marca en la cultura popular, y la competencia comenzó a tomar nota y a hacer sus respectivos ajustes: DC Comics comenzó a crear héroes menos convencionales, como Doom Patrol, y a modificar a sus personajes ya existentes para tratar de hacerlos más complejos, o socialmente relevantes, como en la serie protagonizada por Linterna Verde y Flecha Verde a principios de los setentas, en los que el escritor Dennis O’Neal y el ilustrador Neal Adams comenzaron a tratar abiertamente con temas sociales como la pobreza y la drogadicción.


Irónicamente, la revolución iniciada por Marvel ha llevado el desarrollo de los cómics de superhéroes al otro extremo: si los cómics de antes eran demasiado simples e infantiles, actualmente la tendencia es contar interminables historias complejas, que muchas veces tratan con temáticas totalmente inapropiadas para el mercado infantil al que estos personajes estaban dirigidos originalmente. Quién sabe, tal vez la próxima gran revolución estilo Marvel esté a la vuelta de la esquina.

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