sábado, 29 de agosto de 2009

Larga Vida al Rey


El día de ayer hubiera sido el cumpleaños número 92 de Jacob Kurtzberg, quien falleció en 1994. El nombre de pila de este neoyorkino se ha convertido en poco más que un dato de trivia, pues es mucho más conocido por su seudónimo profesional: Jack Kirby. Kirby es considerado “El Rey de los Cómics”. En una industria con propensión a la hipérbole, es común caer en exageraciones. El título de Kirby no es una de ellas. Si acaso, podría quedarse corto.


Hablar de Kirby y hacerle justicia requeriría por lo menos un libro completo sobre el tema. Baste decir que hay más imaginación en una sola de las historias concebidas por Kirby que en bibliografías completas de otros creativos de la industria. Además, Kirby es uno de esos rarísimos casos de autores que se mantuvieron relevantes durante toda su vida profesional, que en el caso de Kirby coincide con las primeras cinco décadas de la historia del cómic.



A modo de ejemplo (porque abarcó muchísimo más) menciono algunas de las principales piezas de su legado:


A mediados de los treintas, Kirby comenzó a trabajar en tiras cómicas y en los primeros cómics, incluyendo una temporada en el estudio de Will Eisner. Sin embargo, fue a principios de los 40s, cuando comenzó a colaborar con Joe Simon, principalmente ilustrando el jóven género de los superhéroes. Desde aquel entonces llamó la atención el trabajo de esta dupla –en aquel entonces encabezada por Simon-, cuya obra presentaba una enrgía y dinamismo muchas veces ausentes de los rudimentarios cómics de esta época.


La principal creación del equipo en esta etapa es sin lugar a dudas el Capitán América, que si bien no fue el primer superhéroe patriótico, inmediatamente se volvió el más popular. El primer número fue lanzado en 1941 por Timely Comics, que eventualmente se convertiría en Marvel.



Como he mencionado en otras ocasiones, durante la posguerra la popularidad de los superhéroes declinó considerablemente. Simon y Kirby, como muchos otros, buscaban nuevas fórmulas que se adaptaran al gusto de la época. En 1947 lanzaron, con gran éxito, Young Romance #1. Con este ejemplar, este equipo creó el género de los cómics de romance, que se volvió uno de los más populares de la época.


Algunos años después de que terminara su sociedad con Joe Simon, Jack Kirby entró a trabajar a Atlas Comics (lo que antes fue Timely y eventualmente sería Marvel), bajo el escritor y editor Stan Lee (irónicamente, en tiempos de Timely, Stan Lee, aún muy joven, fue asistente de Simon y Kirby). Kirby era uno de sus principales colaboradores, y fue junto con él que Lee creó a los Cuatro Fantásticos cuando recibió la órden de crear un nuevo equipo de superhéroes.



Si anteriormente he hablado de lo importante que fue la caracterización que Stan Lee le dio a sus personajes, la colaboración de Kirby fue igualmente de vital importancia: los conceptos y tramas de la mayoría de las revistas los concebían juntos. Además, en este ambiente de libertad creativa sin precedentes, Kirby comenzó a dar rienda suelta a una visión de los superhéroes deliberadamente mitológica: Personajes como Galactus y Silver Surfer, o elcómic de Thor son muestras claras de esta nueva tendencia. Eso sin mencionar que la calidad de su arte se elevó a niveles sin precedentes.



En los setentas, Kirby dejó Marvel para ir con la competencia, DC Comics. Ahí desarrolló una nueva línea que sintetizó su amor por la mitología y la ciencia ficción, vistos a través del lente de los superhéroes: La saga de los Nuevos Dioses. Si la ejecución no es tan buena como Los Cuatro Fantásticos, es porque en momentos Kirby parece tener una sobrecarga de buenas ideas y, sin un Stan Lee que le ayude a modularlas, los conceptos hacen tropezar un poco a la historia. Pero esos conceptos son tan buenos, y el arte tan exquisito, que los momentos en que flaquea la narrativa se ven recompensados con creces.



En sus últimos años Kirby se alejó un poco del trabajo profesional en el mundo de los cómics para introducirse al de la animación. Entre sus trabajos más célebres se encuentran los diseños de personajes para Thundarr el Bárbaro. También fue pionero en la lucha por los derechos de los creativos, al pelear contra Marvel Comics por su derecho a que le devolvieran sus hojas de arte original, así como al apoyar a Steve Gerber en su propia lucha contra Marvel por el contro autoral de su personaje, Howard the Duck.



Si algo en particular quisiera rescatar de Kirby, es esa habilidad que pareciera nata de infundir a sus ilustraciones de una energía cinética tal, que pareciera que van a salirse de la página. Además, sus trazos firmes lo hacen parecer algo sencillo. Es un efecto que muchos han tratado de emular, pero que muy poco han logrado. Se ve simple, pero es increíblemente difícil (como dibujante aficionad, es algo que he decubierto por mí mismo)



Larga vida al Rey.





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